domingo, 6 de diciembre de 2015
viernes, 29 de agosto de 2014
martes, 17 de agosto de 2010
DARIO ALAMIRO PEREIRA. El sucesor de Pilar.
-- Dario Pereira fue el segundo descendiente de Pilar Pereira.
-- Desde niño le gustaron las tareas rurales. Se despegaba de su padre solo en horarios escolares. De él aprendió las destresas que hacia con el lazo y la maestría de la doma.
-- Con el paso de los años, Dario se hizo cargo del establecimiento y del negocio de las mulas.
-- Era tal el prestigio que los Pereira habían alcanzado en este rubro, que en una oportunidad, en los años 50, viaja a Bolivia invitado por el presidente de ese país Víctor Paz Estensoro para fortaleser las relaciones comerciales, donde conoce también al vice presidente boliviano Hernan Siles Zuazo,(luego también presidente).
-- Recibe de regalo, como muestra de buena voluntad, de propias manos de Paz Estensoro, una lapicera Parquer 51 capuchón de oro y una gema engarzada.(conservada por el Dr. Edgar Osvaldo Pereira). En ese mismo viaje llega hasta Lima, Perú.
-- Por allá por 1960, animado por su vaquía en las cuestiones del lazo, se presenta en Buenos Aires en un certamen de Pial llevado a cavo en la cancha de River Plate. Obtiene el titulo de campeón en esa especialidad.
-- Don Dario Pereira era casado con Irma Leonor Pereira. Tuvieron 5 hijos. Mirtha Elena, Edgar Osvaldo, Oscar y Dario (mellizos) y Gustabo.
-- En 1963 a 1966 fue intendente de Quines por el partido Demócrata Liberal. En la Presidencia de la Nación estaba el Dr Arturo Illia.
-- Murió el 26 de agosto de 1991. El Intendente de esa época, Senem Godofredo Lima, decreta duelo comunal mientras duren sus exequias funerales. Y ordena izar en Plaza Crisostomo Lafinur la Bandera a media asta.
lunes, 16 de agosto de 2010
Don PILAR PEREIRA.
--En la Banda Este de Quines, se encuentra una casona que fue la cabesera de la Estancia el Palenque, propiedad de Don Pilar Pereira, un acaudalado ganadero dedicado a la compra y venta de mulares, que desarrollaba sus actividades por la década de 1930.
-- Fue el centro neurálgico de la economía zonal por aquellos años. Don pilar compraba animales en el Valle del Conlara y todas la serranía puntana, Sur de la Rioja, Oeste cordobes y Este mendocino.
-- Solía contarme mi abuelo paterno, Don Transito Lucero, que él compraba mulas por el departamento San Martín, que luego eran bajadas en arreo hasta Quines. En este caso eran bajadas por la Cuesta del Chaguaral hasta El Talita y de ahí por El Injerto hasta El Palenque.
-- También podía darse el caso que el camino mas corto era por Las Huertas, El Zapallar y de ahí costeando el arroyo llegaban a La Piedra Baya, cruzaban el Río Quines y también por su orilla llegaban a los Pereira.
--¡No era tarea fácil!... luego de comprar, se las tenia en un rodeo para amadrinarlas por varios días, para que siguieran a la "madrina", que era una yegua que tenia un sencerro. Este animal siempre iba adelante y la tropa la seguía. Si la madrina conocía el camino iba sola, sino era tirada o montada por el "boyero", éste era por lo general un chico, porque era el trabajo mas liviano. Cuando el boyero con el tiempo dejaba ese puesto ya era considerado un arriero y para él era todo un acontecimiento, porque dejaba de ser un niño para ser un hombre. Como quien dejaba los pantalones cortos para usar los pantalones largos.
-- En El Palenque trabajaba mucha gente. A cualquier hora podía llegar un arreo y esto incluía horarios nocturnos. Por lo tanto, los serenos tenían que estar alerta para dar aviso a los peones que se encargaban de destinar los corrales de selección.
-- Las mulas eran seleccionadas por altura. Don Pilar las media con un "Tacómetro". Ésta era una vara telescópica que ponía al lado del animal y de los metros que había entre el suelo y la cruz de la bestia resultaba la calidad del mular.
-- Las más altas iban a Tucumán, a los ingenios azucareros.
-- Las mas bajas eran llevadas a Potosí, Bolivia, donde todavía se explotaban las minas de oro y plata.
-- Las petizas eran preferidas por los bolivianos porque eran ideales para trabajar en los túneles de las minas. De éstas, tenían mas valor las hembras, porque al orinar hinchaban el lomo. En cambio los machos, al orinar se estiraban y el peso del mineral les partía la columna vertebral. A esto le llamaban"deslomarse".
-- Del Palenque, ya separadas según su valor, eran llevadas a los corrales del Estado, en la estación de trenes Gral. Belgrano, en el barrio Estacion de Quines, donde eran cargadas en vagones por los compradores.
-- Los bolivianos pagaban en dolares. razón por la cual Pereira debía viajar con frecuencia a Buenos Aires para hacerse de cambio, porque esa moneda era totalmente desconocida en la zona.
-- Se decía que en El Palenque no faltaba nada. Solo yerba y azúcar se compraba. Los potreros producían pasto, maíz, zapallos, etc. Se faenaban animales cuya carne era guardada en los sótanos a falta de heladeras. Las huertas con frutales y hortalizas de todo tipo aseguraban la ensalada, el postre y los dulces. Citrus, manzanas, duraznos, tomates, zanahorias, etc, eran enterrados en posos con arena para su conserva. Asi guardados podian durar meses.
-- Según el Dr. Edgar Osvaldo Pereira, (nieto): Don Pilar era casado con la Señora Clarinda Gatica, de Lujan, San Luis. Maestra y profesora de matemáticas y física.
-- De ese matrimonio nacieron tres hijos: Elva, Dario y Gustabo quien murió a los 35 años de una afección al corazón.
-- Elva se caso con Demetrio Pereira Ruiz (hermano del fundador de Candelaria).
-- Dario, quien merece un capitulo aparte, se caso con Irma Leonor Pereira, profesora de literatura.
-- Don Pilar fue diputado provincial y elector provincial por el Partido Demócrata Liberal y jefe departamental de policía a finales de la década del 1940.
-- Según Don José Contreras( amigo de la familia), al describir esta foto en una carta... Don Pilar esta parado con el tacómetro en la mano y el jinete de la derecha es un empleado llamado Felipe Flores, le sigue hacia la izquierda Rafael Pereyras(sic) montado en un caballo que se llamaba El Canario, luego el hijo de don Pilar, Dario pereira, en un caballo que se llamaba El Churrazco y el ultimo era Feliz (sic)Rosales que era de El Chañar, un lugar ubicado a 20 km al oeste de Quines.
Esta foto fue tomada el 8 de abril de 1943 en los corrales del establecimiento y Dario se la regala a Rafael.
-- También en la misma nota dice que en el reverso de la foto, Dario escribió: Para Rafael, recuerdo de la campaña del 8 de abril de 1943. firmó y estampó su sello personal.
-- Pilar fué dueño de varios campos de la zona. El Injerto, Agua vieja, El Chañar; La Represita; y El Quebrachito, entre otras propiedades mas chicas.
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-- Se dice que del intercambio comercial con el Alto Perú, se afincaron en la zona varios bolivianos.
-- Entre ellos, Don Lizarra, que se dedicaba a la venta de achuras en un sulki. Le faltaba una pierna. Ofrecia su mercaderia autodenominandose "ocotero", porque vendía ocotes. si ofrecía una "parladora", era una lengua de vaca. Si ofrecía un "juguete de novio", eran las ubres del animal.
sábado, 10 de julio de 2010
Infancia en nuestros campos
Los que crecimos en los campos de nuestra zona, solíamos escuchar historias de todo tipo a las que prestábamos mucha atención.
Más en aquellos años, en los que todavía la radio no se la escuchaba muy seguido. Solo se prendía en momentos especiales para escuchar las noticias.
Mas que todo por una cuestión de economía, las pilas o la batería, no se conseguían a la vuelta de la esquina como en los pueblos.
Los mayores se juntaban a escuchar los radio teatros de Jaime y Oscar Cloner como "El Hormiga Negra", "El Lobizon", "La Difunta Correa", etc, emitidas por las radios AM (Amplitud Modulada)de Córdoba o radio Colon de San Juan.
También se sentían algunas radios chilenas como la Radio Colo Colo, en donde podíamos escuchar buena música y en horas nocturnas radio teatros de suspenso como "La Tercera Oreja" que tenían en vilo a toda la familia y en especial a los mas chicos, que apenas alumbrados por la luz de un candil, dejábamos volar nuestra imaginación al escuchar el ruido de los pasos, el rechinar de los gozmes de una puerta, el galope de un brioso corsel o el gemido de una mujer en peligro...
Otros medios de entretenimiento, en las frías noches de invierno, era escuchar cuentos, relatos y leyendas al calor de una fogata, donde siempre un mayor nos contaba historias fantásticas de lugares lejanos.
Siempre recuerdo con mucho cariño a Don Pocho Veliz, oriundo de Laguna Larga departamento San Martín (Cerca de las Chacras), al cual solíamos visitar.
Poseedor de una memoria prodigiosa, Don Pocho nos hacia reír con anegdotas picarescas o llorar con algún recitado gauchesco que tan bien interpretaba.
El siguiente es un recitado de Yamandu Rodriguez. Hermoso por lo que dice y la enseñanza que deja.
Son las cinco de la tarde en un pago de leyendas.
A esas horas el ombú, se saca el poncho violeta,
y lo tiende sobre el suelo curtido de la tranquera,
no pasa una virazón,
el patio se recalienta
con un brasero e'malvones, prendido no bien clarea,
adonde las ponedoras van a pintarse las crestas
y casi siempre murmuran su rosario las abejas.
El rancho es de palo a pique,
parece que juè carreta;
porque entuavìa se ven entre los yuyos dos ruedas:
una en la boca el pozo y la otra en la manguera.
Dicen que todo era dulce: el agua, el techo y la dueña,
una viejita muy blanca, que dejó viuda la guerra
con cuatro hijos varones...y se echo esa cruz a cuestas.
¡Nunca se pudo dormir con un hijo en penitencia.!
Pero esa tarde, el mas muchacho, estando solo con ella,
olvida la ley de dios, levanta un puño y golpea
el pecho de aquella madre, que es una santa de güena.
A'i nomas monta acaballo, dejándola càida en tierra...
Y a la oración, cuando güelven los cuatro para la cena,
esta el fogón apagao, y hay un frío de tapera...
-¡Mama!-... Nadie les responde...
Templando ya, la campean.
Como buscan a la altura del corazón, no la encuentran;
pero la madre esta allí, sobre el piso...muerta.
Los cuatro mozos de luto, al campo santo la llevan.
¡Pesaba tan poco en vida.... y aura no pueden con ella!.
Doblan por las cuatro puntas aquel pañuelo de tierra,
cain unas flores de yuyos...se santiguan...y la dejan.
Al otro día un vecino, al pasar por allí cerca,
avisa que a la finada la quedo una mano ajuera.
¡Como!... se miran los cuatro...y ninguno malicea,
güelven... le cubren la mano y pa mejor protejerla,
rodean la sepultura con un corralito e`piedra.
Y la misma tarde, un hombre que cruzaba con su carreta,
les dice que vio la mano...otra vez a flor de tierra...
Entonces al mas muchacho, le hablo al oido la concencia,
porque se puso 'e rodillas en el corralito 'e piedra,
bajò la frente y llorando pa que la madre l'oyera,
y como cuando juè gurí dijo..."¡Perdoname vieja!"
Cubrió de besos la mano...y después la cubrió de tierra...
Y como salia solo para perdonar la ofensa,
dende la tarde del beso...ya descanso bajo tierra...
Y naides mas vio la mano, de la madresita güena,
que nunca pudo dormir...con un hijo en penitencia...
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